El claro del bosque, esa calva mágica donde la luz se abre paso entre la penumbra. Poco más que añadir a la imaginación, salvo que su paladar exquisito contiene las esencias espirituales del Priorat. Vestido con etiqueta de terciopelo blanco, como las capas de los cartujos que iniciaron la viticultura en este paraje único.